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Santa Claus ya no existe

Esta mañana un tipo gordiflón de barba blanca, vestido completamente de rojo, con cinturón negro y botas negras y con cara de gustarle mucho el vino caliente, ha robado los sueños de todos los niños del planeta. Más tarde su representante legal, Ebenezer Scrooge, un anciano ejecutivo de procedencia británica, ha declarado que no solo ha robado los sueños de los niños, sino también los de los adultos, que a pesar de sus edades, aún tienen alma de niño. La declaración ha sido emitida desde un lugar desconocido en el Polo Norte, donde se estima que esos sueños están a recaudo bajo la continua vigilancia de duendecillos malévolos, vestidos de verde y con largas orejas, que les permite oír todas las travesuras de los niños y no tan niños del planeta. Estos duendecillos son conocidos en la zona como los “ayudantes de Santa Claus”.
De hecho, esta mañana las ciudades más importantes del planeta han vivido una oleada de desilusión y desengaño que ha sumido a los habitantes de la ciudad en una gran consternación y depresión difícil de superar.
Los servicios médicos han esperado durante horas en las puertas de los servicios hospitalarios, esperando recibir posibles pacientes para su tratamiento urgente, y colaborar en el saneamiento de esta maldita pandemia global, pero, en el fondo, ellos también se mostraban desencantados y frustrados, no sólo porque jamás se acercó nadie a ser tratado, sino porque en el fondo ya no esperaban nada de nadie como personas. Por lo visto, también los científicos de la medicina han perdido cualquier esperanza en la recuperación y saneamiento de la especie humana.
Los servicios de seguridad ciudadana han comprobado como los sueños de gran parte de la población han sido quemados a posteriori y las ilusiones de dichos habitantes del planeta han sido dinamitadas en secreto. En consecuencia, una gran oleada repleta de negatividad y de ataques violentos repletos de ira y odio, rebosantes de desazón, están sacudiendo las ciudades del planeta.
Las autoridades oficiales han informado, en comunicados urgentes a la población, emitidos desde sus cuarteles generales blindados por bloques de oro y diamantes, que estamos sin duda ante una gran catástrofe mundial, en la que difícilmente los gobiernos se atreven a hacer nada por la magnitud de la tragedia. La situación se escapa de las manos a los altos mandatarios del planeta, y ya no se trata de una cuestión de zonas conflictivas, o zonas armadas donde la intervención de las fuerzas del orden es de difícil aplicación, esta situación va más allá y se trata de una situación de extrema delicadeza por la profundidad de sus heridas y consecuencias en los valores de la humanidad.
Esta es una de las crisis más grave vivida en la historia de la humanidad, y es que sin duda, después de todo lo visto, Papa Noel ha dado a entender que la Navidad ya no existe, por lo que, según comunicado emitido desde su oficina central en Laponia, ha procedido a tomar medidas de precaución con la única finalidad de preservar el verdadero espíritu de la Navidad, con la esperanza de futuras generaciones actúen en consecuencia para recuperarla.
Las últimas noticias al respecto las protagoniza Rudolph, el eterno acompañante de Santa Claus, que ha comunicado que Papa Noel no está dispuesto a retornar los sueños e ilusiones a sus propietarios hasta que estos no cambien su actitud y vuelvan a sentir el verdadero amor entre ellos y el espíritu de la Navidad.
Sin duda, Santa Claus ya no quiere seguir existiendo en un mundo como este.

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