Este frío invierno ha llegado. Este frío invierno que me hiela el corazón y me deja la voz ahogada en la garganta. No quiere pronunciarse por miedo a congelarse en el exterior de mi cuerpo.

No puedo decírtelo porque tus oídos están tapados por el dolor que este frío nos causa. Y sé que hay algo ahí fuera, que nos hiela la sangre y no nos permite sentir la piel. Nos alejamos del Sol a cada centésima de segundo que pasa, y la noche se hace más oscura con cada intento de supervivencia.
No eres tú, ni tampoco soy yo. No somos nosotros.

Es el gélido ambiente que nos presiona y nos hace sentir este frío. Frío en la distancia y el paisaje es tan helado…nevado por la desazón y el peligro al olvido. Duelen las bajas temperaturas, porque jamás las habíamos sentido de forma tan punzante y extrema. Duelen porque no nos esperábamos este frío aniquilador.

El cielo parece limpio, pero está sucio y no nos deja ver con nitidez el horizonte, y este frio invierno… este frío invierno que nos congela los cuerpos, nos perpetra el corazón y nos destroza hasta el alma con su aliento bajo cero.