Nuestra tribu
Durante nuestra vida pertenecemos a diversas tribus. En unas nos encontraremos mejor que en otras. Nos damos cuenta de que no pertenecemos a una tribu cuando nos sentimos rechazado por ella. Nuestro estado natural, como individuos, rechaza el rechazo. Así que, para no ir contra natura, ignoramos las tribus de las que por naturaleza somos rechazados, sin malgastar nuestro tiempo en ellas.
Cambiar de una tribu a otra no es sencillo. Incluso puede que tardemos mucho tiempo en encontrar nuestra propia tribu en la vida, yendo perdidos de un lado a otro. Aquellos que tengan la suerte de haber encontrado su tribu pronto, suelen rechazar a los menos afortunados por no haber encontrado su tribu y por continuar perdidos en las tribus a las que no pertenecen. Según como sean los individuos de la tribu errónea, trataran mejor o peor a los que no hayan encontrado su lugar aún. Todo dependerá de la naturaleza humana de los componentes de la tribu dónde se encuentren. Aunque no olvidemos que el ser humano es cruel por naturaleza.
Siempre he querido pensar que nada sucede por casualidad. Por eso creo que, cuando una tribu decide rechazar o expulsar de su comunidad a otro miembro, es por que ese miembro realmente nada tiene que ver con esa tribu. De la misma manera, creo que cuando un individuo encuentra su tribu: todo encaja de forma natural.
Al encontrar nuestra tribu, las casualidades, dificultades, escenarios antes vividos y personas que dejaron un aprendizaje en ti, tienen su razón de ser. Se observan coincidencias en muchas experiencias de vida, estilos de actuar, caracteres y sentimientos con los miembros de la que sí es nuestra tribu. Ese momento en el que observamos que todo fluye, sin rechazos de otros miembros de la tribu, sin problemas añadidos, y que conectamos realmente con las personas de nuestro alrededor es que, sin duda, estamos en nuestra tribu.