El poder es la droga más bella que existe
Tratando un poco de huir de la vorágine comunicacional de estos días, sobre el proceso independentista de Catalunya y sobre la posición de España al respecto, el miercóles por la noche mi Prime Time favorito fue el de Italia.
Roberto Saviano rompía shares de audiencia ilustrándonos sobre la Camorra, y en concreto sobre la figura del “il Boss”, que es como llaman en Italia a los jefes de la Camorra Napolitana. El programa Kings of Crime liderado por Roberto Saviano fue un programa de total calidad mediática y de gran interés criminológico. La única lástima es que la cadena Nove, con la que se retrasmite el programa de Saviano, no emite en el extranjero, y, la única forma de verlo desde España, es a través de emisiones en Internet.
Aún y asi, conseguí verlo y disfrutarlo. Kings of Crime fue todo un aprendizaje de honestidad y crudeza, pero tambíen de nobleza a través del crimen.
Fue de gran interés todas las experiencias que se comentaban durante el programa, pero fue la entrevista posterior lo que más captó mi atención. Maurizio Prestieri, ex-jefe camorrista en Secondigliano (Nápoles) era entrevistado por Saviano. Prestieri narró algunas de sus experiencias en la Camorra, cómo se había sentido en la cárcel y cómo era el crimen organizado por dentro.
De todo lo que comentó Prestieri, me quedo con una frase : ”Il comandare è la droga più bella che esiste” (El poder es la droga más bella que existe). Esa frase da sentido a muchas experiencias en torno al poder, sea cual sea su origen. Y esa frase me hace pensar también, de repente, en el proceso de Independencia en Catalunya. En los momentos en que escribo estas líneas, aún no tenemos acuerdo. Ni España ni Catalunya. Nuestros dirigentes no dan un paso atrás para dialogar.
Como Prestieri da a entender, el poder es bellleza, atrae por si solo, tiene fuerza y crea adicción. Pero lo mismo que la belleza, el poder también tiene un lado óscuro, un lado vanidoso que sólo se deja vislumbrar por los más cercanos a quién tiene el poder. Es ese lado vanidoso que no deja avanzar. El mismo que no permite un acuerdo entre Catalunya y España. El mismo que provoca la violencia. El mismo que manipula a los medios de comunicación. Ese es el poder por el poder. El poder del ganar por el ganar. No importa ni el juego sucio ni el precio a pagar.
Mientras la población desea llegar a un acuerdo en paz y sin violencia, nuestros políticos sólo tienen una máxima aspiración: gobernar sin importarles las consecuencias. Olvidan la fe que la población depositó en la democracia un día. Olvidan que no sólo se les elegió para asistir al Congreso, al Parlamento o a sus depachos, sino que también se les elegió para gobernar con sentido común, para dar servicio y ayudar al pueblo que los eligieron. Da igual que sea Madrid o Barcelona. El político que olvida, rápidamente debe recordar a través del clamor de la población: las urnas, el respeto a las leyes, el respeto a la democracia. Porque como decía muy acertademente, durante su entrevista con Roberto Saviano, el camorrista napolitano, Maurizio Prestieri: “El poder es la droga más bella que existe”, y añado yo : pero también puede ser la más destructiva.